— ¿Cómo se supone que sabes cuando estás seguro? ¿Tu estabas seguro? ¿Cómo terminaron casándose mamá y tú?
— Ella quería.
— ¿Y tú no?
— Pensé: «¿qué demonios?»
— ¿Alguna vez lamentaste haberte casado con ella?
— Todo el tiempo. Podría haber sido peor.
— Pero debiste estar enamorado. Al menos al principio.
— Nunca se habló de eso.
— ¿Alguna vez hablaron de tener hijos? ¿De cuantos querían y cosas así?
— No.
— ¿Entonces por qué nos tuvieron?
— Por qué me gustaba tener sexo. Y tu madre es católica. Así que piénsalo.
— Tienes suficiente dinero para vivir. No puedes conducir. ¿Para qué?
— Quiero una camioneta nueva.
— ¿Para qué necesitas una camioneta nueva?
— Solo para tenerla. Siempre quise una camioneta nueva.
— ¿Qué hay del resto del dinero? No necesitas un millón de dólares para una maldita camioneta.
— Era para ustedes, mis hijos. Quería dejarles algo.
— Estamos bien, papá. No lo necesitamos.
— Solo quería dejarles algo.
Fotografía: http://www.hollywoodreporter.com/