— ¿Qué hago aquí? ¿Por qué crees que vine? ¿Por qué entrego mi dignidad todos los días a unos cretinos arrugados y reprimidos, en un tugurio de Bombay?
— No tengo idea.
— Porque necesito a alguien. Siempre soy la madre de todos. Siempre me desvivo por la gente como tú. Mira mi vida. Mi madre quiere que sea una santa, tu solo quieres coger, y el resto del mundo solo quiere su final feliz. Quiero a alguien en mi vida, a quien le importe, alguien sin expectativas, ¿entiendes? Necesito a alguien que me ame incondicionalmente. Por ahora, no tengo nada más que esta carta. Alguien me quiere, alguien me extraña, alguien me ama, y tengo que encontrarlo. Tengo que encontrarlo porque ya no lo soporto. Necesito que alguien me abrace y me ame. Lo tengo que encontrar. Lo quiero encontrar.