"No dejé de ver cosas, pero si evité mencionarlas o marcarlas. Mientras tanto, me salió pelo en todas partes, me volví especialista en mis defectos y aprendí a esconderme más y mejor dentro de mí mismo. El miedo al ridículo y las ganas de impresionar son los peores enemigos de la creatividad y mi caso… Seguir leyendo El Esquinista.
Categoría: Libros
Bram Stoker.
De pronto pareció darse cuenta de su muerte y, una vez más, alzó su mirada hacia nosotros; una mirada que nunca voy a olvidar, tal era el odio que desbordaba de ella. Un fuego violento ardía en el fondo de sus ojos verdes; sus dientes blancos y agudos parecían brillar bajo la sangre que manchaba… Seguir leyendo Bram Stoker.
En el blanco.
El rostro de Kit era la viva imagen del dolor y la ira. Toni reconoció a un hombre que había perdido el alma. Sería capaz de cualuier cosa: matar a su familia, matarse a sí mismo, acabar con el mundo entero. Fragmento de EN EL BLANCO, de Ken Follet. PERSONAJES. Toni Gallo y su madre,… Seguir leyendo En el blanco.
El beso
Al principio, cuando la brigada acababa de ponerse en marcha, quiso persuadirse de que la historia del beso solo podía tener el interés de una aventura pequeña y misteriosa, pero que en realidad era insignificante, y que pensar en ella resultaba por lo menos estúpido. Pero pronto mandó a paseo la lógica y se entregó… Seguir leyendo El beso
Desaparecidos
Cuando empezaron a desaparecer como el oasis en los espejismos a desaparecer sin últimas palabras tenían en sus manos los trocitos de cosas que querían. Fragmento de Desaparecidos. Mario Benedetti.
Perlas negras XXIII
"Ama de nuevo y sé feliz. Sofoca hasta el perfume de mi amor, si existe: ¡Sólo te pido que no borres, loca, al sellar otros labios con tu boca, la huella de aquel beso que me diste!" Amado Nervo.
Enemigos.
En general una frase, por hermosa y profunda que sea, solo causa efecto en los indiferentes, pero no siempre puede satisfacer a quien es feliz o quien es desdichado. Por esto casi siempre la máxima expresión de felicidad o de la desgracia es el silencio. Cuando mejor se comprenden los enamorados es cuando callan, y… Seguir leyendo Enemigos.
Desaparecida.
Así fue como terminó contactando a Santos, quien se había labrado cierta reputación como investigador privado entre algunos círculos de la ciudad de Chihuahua. En realidad no era detective: no tenía un despacho con ventilador de techo, ni una secretaria rubia de piernas largas. Sólo era un expolicía que malvivía como sacaborrachos en un bar… Seguir leyendo Desaparecida.
Besar al detective.
Lo acabaron con una nueve milímetros, que como usted sabe, es un calibre de rencor, catorce balazos en el pecho y uno en la cabeza. Esta sociedad no nos merece, Edgar, servimos en una época donde todos se han vuelto locos y dejado al descubierto sus peores instintos; "(...) eso de mujer de la vida… Seguir leyendo Besar al detective.
Cuento sin moraleja.
Los vendedores callejeros que le habían comprado gritos siguieron gritándolos en las esquinas, y uno de esos gritos sirvió más adelante como santo y seña de la contrarrevolución que acabó con los generales y los secretarios. Algunos, antes de morir, pensaron confusamente que en realidad todo aquello había sido una torpe cadena de confusiones, y… Seguir leyendo Cuento sin moraleja.